sábado, 26 de septiembre de 2009

Escribir...



Escribir.
Chantal Maillard




Escribir,
para curar,
en la carne abierta
en el dolor de todos,
en esa muerte que mana
en mí y es la de todos.

Escribir,
para ahuyentar la angustia que describe
sus círculos de cóndor
sobre la presa,

aunque en el alma no,
en el alma,
la estimación del tiempo que concluye
y es arriba
algo más que un silencio
con ojos semiabiertos.

Escribir
como condescendencia y como rebeldía
sin elección,
sin pausa,
porque se va la luz, las fuerzas
se le acaban
y el ser se va de vuelo
en las garras de un ave
carroñera.

Escribir
para decir el grito,
para arrancarlo,
para convertirlo,
para transformarlo,
para desmenuzarlo,
para eliminarlo,
escribir el dolor,
para proyectarlo,
para actuar sobre él con la palabra.

Escribir
para descansar
(escribir que el sol, en invierno, es hermoso)

por no llorar tan dentro,
tan a escondidas.
Escribir,
hasta la extenuación
para que se derrame el dolor contenido
desde el inicio del mundo,
escribir para rebelarse
sin provecho

a pesar de la derrota ya prevista,

porque no hay rebeldía que no esté justificada
ni violencia que no sea, en el fondo,
inocente.
              Escribir

con derecho al llanto,

escribir para curar,
escribir para guarecerse,
escribir como si cerrase los ojos,
para no cerrarlos,
para mover la mano y seguir su curso
para sentirse viva.
AÚN
para aplazar la angustia
como simulación,
para guiar la mente y que no se desboque
para controlar lo controlable.

Escribir
como quien deja la luz encendida
y duerme de pie sobre sí mismo
para saldar las cuentas con el miedo

escribir
para reorganizar.

Escribir
sin hacer concesiones

Escribir
como quien des-espera,
para cauterizar,
para tomarle las medidas al miedo
para conjurar
para morder de nuevo el anzuelo de la vida,
para no claudicar.

Escribir
para apuntar al blanco.

Escribir
con palabras pequeñas,
palabras cotidianas,
palabras muy concretas,
palabrasojo
palabras animales,
palabrasbocadegato
ásperas por dentro y por fuera
suaves como “tal vez”
palabraslatigazo
como “demasiado” y “tarde”.

Escribir
para no mentir,
para dejar de mentir
con palabras abstractas,
para poder decir tan sólo lo que cuenta

decir que a las once
de la noche de hoy
mientras la luz calienta
el lado izquierdo de mi almohada
y la sábana verde se desdobla
en el espejo del armario,
estoy en mí
en el lugar en que acostumbro
a encontrarme
en este aquí hecho de extraña
duración en lo mismo
repitiéndome
la carne dolorida
los huesos lastimados
los nervios, la piel
tirante, amoratada
el pelo encanecido
el grito sólo postergado
y hoy a las once
de la noche de hoy
mientras la luz calienta
el lado izquierdo de mi almohada


muere un niño,
o dos o no sé cuántos
mueren y una anciana dice
sus últimas palabras
o no las dice y muere
y es otra la que habla
pero no habla, dice
apenas dice y muere
sin decir
apenas
nada
y algo se me atraganta
tal vez un alarido
largo como las once horas de esta noche
o tal vez la conciencia
que duerme encendida
como una lumbre la conciencia
de todos los que mueren
como una fogata
un espantoso incendio
que prende en las ventanas
de la ciudad y en el mar no se apaga
una conciencia absurda
una antorchahorizonte
la conciencia de todos los que saben
que se están acabando
en sus huesos de antorcha
hoy, mañana, siempre.

Escribir,
todas las muertes son mi muerte,
mi grito es el de todos
y no hay consentimiento.
Escribir,
¿para consentir?
¡escribir para rebelarse!
no hay lugar para plegarias
no hay lugar para el sosiego
el ajuste de las almas
se hace en rebeldía.


Estamos solas,
y nos pertenecemos.
En nosotras está el poder.
Somos un pueblo de almas
en rebeldía.
¡Despertad!
Lo que escribo aquí
se traza en el aire
el dolor es la senda
el dolor es el medio
por el dolor la fuerza
que combate el dolor
y lo transforma
por el dolor deshago
mi dolor en lo ajeno
y el ajeno en el mío.

Escribir,
para des-esperar,
por todos los que están,
por todos
los que fueron,
los desaparecidos,
escribir para cuidar
sus des

          apariciones,
para alimentarlas,
para que no se enturbien,
no tan pronto,
no tan siempre,
pronto.

Escribir,
para desestructurar
para vencer las estructuras
para contra
                   decir
lo dicho
para demoler.
Escribir,
para desestimar
para aprender la delgadez del trazo
su vacío
habituarse a él
a su insignificancia.
Escribir.
para magnificar
Escribir
inútilmente
para ejercer lo inútil
para abrazar lo inútil
para hacer de la inutilidad un manantial

escritura como sortilegio.

(…)



Poema Escribir en voz de su autora




El poema Escribir merece sin duda leerse completo, pero por su extensión y al descartar elegir fragmentos, van las primeras páginas, de la 70 a la 78-9 del libro Matar a Platón - acaba en la página 89-






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